El cierre de la herida es el último paso crucial en cualquier intervención quirúrgica, ya que asegura que la piel se cierre adecuadamente después de la cirugía. Este proceso involucra tres capas principales de la piel: la epidermis, que es la capa más superficial; la dermis, que es más gruesa y cumple funciones vitales; y la grasa subcutánea, que se encuentra en la parte inferior. Para lograr un cierre efectivo, se utilizan herramientas como la grapadora de piel, que facilita el proceso de sutura. Para esto se utiliza nuestra grapadora de piel, un instrumento estéril diseñado para colocar grapas de acero inoxidable con precisión. Con 35 clavijas y un diseño ergonómico, permite un cierre seguro y efectivo, especialmente en heridas más amplias, asegurando un rendimiento excepcional en el proceso de cicatrización.